De Videojuegos y Nuevas Generaciones

-Pues no, es que ya hemos dejado de alquilar juegos de pc.

Pongo cara de tonto y miro al ser que ha proferido semejante afrenta. Es un crío de gordo, de unos 17 años, pantalones extra XXL cayendo por debajo de su fofo culo, cara llena de acné y piercing redondito y negro sobre el labio superior a modo de grano extra, como si ya no tuviera bastante con los propios. Lo único que lo identifica como empleado es una chapita rosa sobre la tetilla izquierda donde pone “GAME”. Bueno, eso y que está detrás  de un mostrador..

Un domingo cualquiera en  un centro comercial de Barna. En una tienda GAME abarrotada de gente.

– A ver boliche, – digo yo mientras me inclino sobre él para intimidarle un poco, -me lo explicas?

– Pues eso, que nos han dado orden de la central de no alquilar más video juegos para pc, que como casi no se alquilan pues hemos puesto sólo juegos para consolas.

Y eso me lo dice un tío que trabaja en una tienda que se llama “GAME, especialista en videojuegos”.  Tal cual, sin discriminaciones. Manda huevos.

La cuestión es esta. Tengo 28 años y me gusta jugar con mi ordenador. Compre mi primer pc con 14 años, un Pentium 166 con 2 gigas de HD. El visionario que me lo vendió profetizó el futuro de la informática con un “eso no lo llenas tu en la vidaaaaa”. Desde entonces me he montado yo mismo mis propios ordenadores, y van ya unos cuantos. Así que tras escuchar la respuesta del malandrín de la tienda dudo entre estirarle un poco del piercing o tirarle una xbox (de las primeras, que son más grandes) a la cabeza para sonsacarle más información.

Pero antes de que llegue el arrebato paro un poco y miro a mi alrededor. Y entonces lo comprendo todo. La tienda está llena de adolescentes clones del fati del mostrador, que con su última paga semanal en el bolsillo arrasan con el último God of War o Call of Duty para la ps3 a 60 euros la unidad. También hay un montón de críos más pequeños, de 10 o 12 años, a los que sus papis llevan de la manita a comprarles su primera consola: una Wii eh, que las otras aún no son para niños. Y entonces lo comprendo todo, porque este es el panorama de la gente que juega hoy día. Críos de 17 años, esclavos de la moda de turno (ese piercing del labio que queda tan bien) y educados en la ESO (ese pozo de sabiduría), niñatos que sólo usan el ordenador para tuitear o mirar el feisbuk , sin preocuparse de cómo funciona o por qué funciona, porque si se rompe ya les comprarán otro mejor en el media market (si es que ellos no son tontos). Críos que no tienen tiempo de preocuparse de que es un GHz, que no se ha peleado nunca con un driver que no funciona, un dispositivo que no arranca y mucho menos con un juego duro de instalar, porque mientras su pc les de para bajarse el siguiente capítulo de Lost, ahí están sus papis detrás para comprarles la ps3, la ps3 slim, la ps3 ultra Slim o la ps3 ultra Slim ahora ligeramente más redondeada!. Y es que yo empecé a jugar al Quake con 14 años pero ellos ya están a los 9 con móvil y con el Final Fantasy a los 10, enclenques y enfermizos todo ellos porque en lugar de haberse revolcado en los charcos o pelarse las rodillas con el asfalto de la calle se han pasado la tarde dando saltitos con el último gili-gadget de la Wii o de party con sus amigos del Halo.

Así que dejo que la furia pase y me resigno. Le doy las gracias al chico y me abro paso hacia la salida sabiendo que ya no volveré a pisar esa tienda. Y aunque voy a tener que buscar otra manera de probar el tan ansiado CoD6, estoy contento, porque sé que ellos jamás irán más allá de la visión calenturienta del disco penetrando la ranura de su play, porque no han sufrido con Max ni acompañado a Lara por primera vez, porque no han recorrido los pasillos tortuosos del Quake ni experimentarán jamás la emoción, tras sudar durante una hora con la instalación, del primer fundido a negro antes de sumergirte por completo, palanca en mano, en las oscuras profundidades de Black Mesa.